Naturalmete me aliño la razón con versículos
que arañan, porque l*s autor*s que nos gustan dejan sus genitales en el
mostrador, sus vísceras pulidas sobre el alfeizar y conducen sus pies
por infinitas lámparas de iluminaria doliente.
sentirse así, no provoca reacciones favorables,sentirse así y transmitir ferocidad por los versos despeñados
no provoca más que un rencor añadido a las destructivas miradas que intentan persuadirnos con poemas de amores que no sudan
ni huelen a alquitan, que sólo transpiran fragancia enamorada.
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