España muta sin demasiada precisión, sin gobierno, o con desgobierno. Inventándonos la cotidianidad, l@s que podemos, y dejándose llevar l@s domesticad@s, que desgraciadamente se van convirtiendo en mayoría. Qué bonito es no pensar, qué tranquilidad no pensar, dejarse hacer...
Estamos en una situación que ha paralizado la cultura, y así la mutación intrépida, pretendiendo que se quede quieta. Pero aunque parecen lograrlo no nos conformamos y seguiremos intentando vivir para soñar y realizar lo soñado. La insatisfacción, la rebeldía, las ganas de vivir intensamente del y para el arte, hace que provoquemos más y mejor. La realidad nos abrasa en las entrañas y somos conscientes de la mezquindad de quienes mueven los hilos, los y las tejedoras, que de manera torticera condicionan la cotidianidad de millones de personas. Nos estrujan, nos exprimen, nos dejan pasando hambre y sed; de educación, de justicia, de salud, de belleza, de poesía de música, de filosofía...
Después de muchos meses de pasar necesidades, apuros espirituales. Nos hemos sumergido en una experiencia que va dando fruto, hemos descubierto que podemos resistir y con muy poco hacemos mucho. El consumismo voraz y esclavista ha sido desenmascarado. Luchamos por ser independientes, y os recomendamos que hagáis lo posible por deshaceros de cada una de vuestras dependencias. Se necesita prepararse para lo que vendrá y sólo estaremos verdaderamente a la altura cuando hayamos vencido esa parte que nos hace estar atadas y atados lo que se compra. Salvémonos en el día a día, con un consumo racional y ecológico y no os olvidéis... MUTANDO SIEMPRE MUTANDO.
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